Desechos didácticos

Publicado en por MoniMEC

Este verano hubo juegos ambientales en las playas uruguayas

No se trató de jugar con la basura propiamente dicha sino de aprender,

jugando con figuras de polifón que representan distintos tipos

de animales y de desechos, sobre el modo en que nuestras conductas

afectan al medio ambiente y los ecosistemas. La propuesta formó

parte del programa Ambientarte propuesto por la ONG El Abrojo y se

realizó en playas uruguayas hasta mediados de marzo.

Todos los años en temporada                   

estival es habitual ver desechos

de todo tipo que bordean la costa.

La cantidad de basura que se acumula

en las playas, ya sea porque

viene del mar o porque las personas

no se dignan a encaminarse

hasta los tachos de basura donde

deberían descartarla, representa

un problema no sólo para los

bañistas sino para el ecosistema.

Consciente de esta problemática,

y de la necesidad de educar

en el cuidado del medioambiente,

la ONG El Abrojo creó el

programa Ambientarte. Se trata

de una propuesta de carácter

socioambiental, cuyo principal

objetivo es crear una grilla de

actividades para niños y niñas

en las que los residuos -personificados

en figuras de polifón- son

los principales protagonistas de

una serie de juegos que tienen

lugar en las playas uruguayas.

Estas actividades se llevan a cabo

junto a una reflexión en torno a

los problemas del ecosistema

y las conductas más adecuadas

para convivir sin dañar a la naturaleza

Basurita

Esta actividad que tiene a representaciones

de la basura como

juguete y objeto de juego surgió

el año pasado en el marco de una

propuesta realizada por El Abrojo

a la Organización Ecoplata, con

el objetivo de actuar en distintos

aspectos vinculados a las zonas

costeras, en consonancia con

actividades coordinadas por el

Ministerio de Vivienda, Ordenamiento

Territorial y Medio Ambiente

(MVOTMA). En vista de

la originalidad y los contenidos

del proyecto presentado por El

Abrojo, Ecoplata dispuso la posibilidad de concretarlo.

“No queremos explicar el ecosistema al estilo Jacques Cousteau”, dijo a la diaria Leonardo dinámicas que analizan las conductas

Seijo, coordinador del programa. “El objetivo es contribuir al desarrollo de conductas responsables

y protectoras del medio ambiente a través de propuestas lúdicas, con una metodología elaborada por nosotros denominada ‘aula extendida’, en la que se plantean

culturales y las formas que tenemos de relacionarnos con el medio ambiente”.

Seijo explicó que eso que han dado en denominar aula extendida es una suerte de escenario

para aprender jugando sobre el ecosistema y sus componentes y promover conductas saludables, un aula pública, un espacio de sensibilización que busca promover el compromiso de cada uno con el entorno y contribuir con las distintas actividades de gestión costera llevadas adelante por las respectivas intendencias

en playas de Rocha, Maldonado, Canelones y Montevideo. “Lo primero que nos preguntamos fue cuáles eran las mejores herramientas para reflexionar en torno a esta problemática. Consideramos que el juego era la más adecuada. A partir de ahí elaboramos los contenidos y la idea fue incorporar objetos de polifón que

representaran residuos y animales pertenecientes a nuestra fauna costera”. A su modo, el programa

Ambientarte contribuye con las políticas de urbanización desde una perspectiva innovadora.

Alta suciedad

Según Seijo no está mal llevar lo que sea a la playa -ya sea yerba

mate, comida, u otras cosassiempre y cuando luego se produzca

la conducta responsable de colocar los restos de lo que

no se use en la basura. Otra de las temáticas propuestas por el

programa es diferenciar los tipos de contaminación que se pueden todos conocemos- en la que los

presentar en las playas y el riesgo que pueden implicar.

Entre los juegos planteados figura la “mancha pescado” -una

leve variante de la mancha que

“contaminadores” tienen el poder de manchar a todos los pescados,

mientras que los pescados solamente pueden manchar a sus

similares.

Otro juego tiene como protagonista a un pejerrey gigante al

que los niños deben quitar todos los objetos que no pertenecen a

la costa; de allí salen cargamentos de polifón caracterizados de

yerba, zapatos, bolsas o pomo de bronceador. Pero el juego que

más convoca a los niños es el “caza residuos”, que consiste en

cazar con guantes de látex todos  los elementos no pertenecientes

al ecosistema en una cesta gigante. El ganador es el que consigue

poner en la balanza la mayor cantidad de kilos de basura sacada de

la playa. Para Seijo es uno de los juegos más sorprendentes. “Es

increíble la respuesta que hemos

recibido, generalmente es un juego

que dura cinco minutos, pero los gurises se entusiasman y se

cuelgan por más de diez minutos. También es sorprendente toda la

basura que sacamos de la playa”, dijo el coordinador. Otra actividad

propone distinguir lo que forma parte de un ecosistema -bichos

como el guazubirá, el cangrejo de arroyo, berberechos, gaviotas,

aguas vivas- de los residuos. ■

Florencia Rivas
Fuente: La Diaria.

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